miércoles, 5 de junio de 2024

LA SALVACIÓN DEL MUNDO POR CRiSTO , PREDICHA POR ABDÍAS, NAHÚN Y HABACUC - La Ciudad de Dios


Tres de los profetas menores, Abdías, Nahún y Habacuc  , ni ellos nos dan las fechas de sus profecías ni se hallan en las crónicas de Eusebio y de Jerónimo. Verdad es que juntan a Abdías con Miqueas, pero no en el pasaje en que dan la fecha en que profetizó Miqueas según sus propios escritos. Pero me imagino que esto se debe a error del copista, descuidado sobre todo cuando se trata de los trabajos ajenos. Los otros no los he hallado en los códices de las crónicas que he consultado. Mas, ya que están admitidos en el canon, es preciso darles también cabida aquí. Los escritos de Abdías son los más cortos de todos los profetas, y en ellos habla contra Idumea, - es decir, contra la nación de Esaú, el mayor de los dos hijos de Isaac y nieto de Abrahán, que fué reprobado. Ahora bien:  si por Idumea entendemos los gentiles, tomando la parte por el todo, podemos muy bien aplicar a Cristo esto entre otras cosas: La salvación y la santidad estarán sobre el monte de Sión. Y poco después, al fin de la profecía: Y los redimidos del monte de Sión surgirán para defender el monte de Esaú, y reinará el Señor. Es evidente que esto se cumplió cuando ios redimidos del monte de Sión, es decir, de Judea, los que creen en Cristo, y sobre todo los apóstoles, surgieron para defender el monte de Esaú. ¿Cómo lo defenderían sino por la predicación del Evangelio, salvando a los que han creído y sacándoles del poder de las tinieblas, para transferirlos al reino de Dios?  Esta idea la expresó al añadir: Y reinará el Señor. El monte de Sión significa la Judea, donde, según la profecía, estará la salvación y la santidad, que es Jesucristo. El monte de Esaú es Idumea, figura de la Iglesia de los gentiles, que defendieron, como he expuesto, los redimidos del monte de Sión para que reinara el Señor. Esto antes de cumplirse estaba obscuro; pero, un vez cumplido, ¿qué fiel no lo comprende?  El profeta Nahún, mejor diría, Dios por el profeta, dice: Quebraré los ídolos tallados y de fundición y los pondré en sepultura, porque he aquí sobre los montes los pies ligeros del que viene a evangelizar y a anunciar la paz. Solemniza tus festividades y cumple tus votos, que ya no se acercarán más a ti para que envejezcas. Todo está consumado, cumplido y derrocado. Ya sale a campaña el que alienta en tu rostro y te libra de la tribulación. Quién subió de los infiernos y sopló el Espíritu Santo en el rostro de Judá, es decir, de los judíos, sus discípulos, tráigalo a la recordación el que haya leído el Evangelio. Aquellos cuyas festividades se renuevan de tal modo que no envejecen más, pertenecen al Nuevo Testamento. Ahora vemos ya por tierra los ídolos tallados y de fundición, es decir, los ídolos de dioses falsos, y como sepultados en el olvido. Sabemos, además, que esta profecía se cumplió también en este punto.

En cuanto a Habacuc, ¿de qué otra venida habla sino de la de Cristo cuando dice: El Señor me respondió: Escribe claramente esta visión sobre tablillas para que la entienda el que lea. Porque esta visión es para un tiempo determinado, y se cumplió al fin, y no caerá en vacío. Si tardare, aguántalo, porque el que viene, vendrá y no se demorará?


Libro XVIII, capítulo XXXI, La Ciudad de Dios, San Agustín

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