Transcripción del audio:
Esta es la hora de la intransigencia. Esta es la hora de hablar el lenguaje que Cristo nos recomienda en el sermón de la montaña: sí, sí; no, no. Esta es la hora de la obstinación invencible, de la constancia persistente, de la fidelidad continuada. Es cierto; nosotros no tenemos la fuerza de número, no tenemos la fuerza del dinero, no tenemos la fuerza de las armas, no tenemos la fuerza de las logias ni de los poderes ocultos; pero nosotros tenemos la fuerza de Cristo. Y en la medida en que esa Fuerza irradie en nosotros, y Cristo viva en nosotros más que nosotros mismos, en esa misma medida seremos invencibles aun en la derrota; porque después de todo, es este un lugar de paso, de prueba y de testimonio. Y lo importante es que seamos capaces de ser hasta la muerte, y sobre todo en la hora de la muerte, testigos de la verdad.
Excelente evocación del maestro y mártir. ¡Gracias!
ResponderEliminar