jueves, 7 de abril de 2022

Sobre los planetas habitados (Swedenborg)

 

La inmensidad del cielo del Señor queda también confirmada por el hecho de que todos los planetas que vemos en nuestro sistema solar son tierras, y que hay además incalculables tierras en el universo, todas habitadas, como he analizado en otra obra titulada Las tierras en el universo, de la que me gustaría citar los siguientes párrafos:

Es de conocimiento común en la otra vida que existen numerosos planetas habitados, y por tanto, ángeles y espíritus que proceden de ellos, puesto que a todo el que quiere hablar con espíritus de otros planetas en razón del amor a la verdad y el deseo de ser útil se le permite hacerlo para que se convenza de la pluralidad de los mundos, para que aprenda que la humanidad no es sólo la tierra, sino innumerables planetas.

He hablado de esto de vez en cuando con espíritus de nuestra tierra, y he comprobado que personas intelectualmente dotadas podían saber, sobre la base de lo mucho que les es conocido, que existen numerosas tierras habitadas. Esto es, podían llegar a la conclusión racional de que cuerpos tan grandes como los planetas, algunos de los cuales son mayores que nuestra tierra, no son masas vacías creadas únicamente para girar alrededor del sol e irradiar su débil luz hacia otro planeta, sino que deben de tener una función más importante que esa. Quienes creen (como debe ser) que lo Divino creó el universo con el solo propósito de que apareciera el género humano y un cielo procedente de él ( pues el género humano es el semillero del cielo) no pueden dejar de creer que hay personas dondequiera que haya un planeta.

También he hablado con los ángeles sobre cómo se puede comprender que exista más de una tierra en el universo a partir de la idea de inmensidad del cielo estrellado. Existen de manera incomprensible muchas estrellas en él, y cada una es un sol en su propio lugar y en su propio sistema, como nuestro sol, de magnitudes diferentes. Si se pensara detenidamente, se llegaría a la conclusión de que todo este inmenso universo no puede ser otra cosa  que un medio para un fin, que es el objetivo de la creación, un reino celestial en el que lo Divino pueda habitar con los ángeles y con nosotros. 

El universo visible, el cielo tachonado con tantísimas estrellas, todas las cuales son soles, es en realidad un medio para la producción de planetas cuyos habitantes puedan constituir un reino celestial.

La información sobre los planetas del universo, sus habitantes y los espíritus y ángeles que de ellos proceden puede encontrarse en el libro anteriormente mencionado.  Lo que allí se encuentra me ha sido revelado y mostrado para que todos sepan que el cielo del Señor es inmenso y procede del género humano, y también que nuestro Señor es reconocido en todas partes como Dios del cielo y de la tierra.





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