miércoles, 31 de julio de 2024

Los milagros de los mártires dan testimonios de su fe - La Ciudad de Dios

 


¿De qué dan fe estos milagros sino de la fe que predica a Cristo resucitado y subido al cielo en cuerpo y alma? Los mártires han sido los mártires, es decir, los testigos de esta verdad. Y por ella han soportado un mundo hostil y cruel, y lo han vencido no resistiendo, sino muriendo. En pro de esta fe murieron los que tuvieron la dicha de conseguir esta gracia del Señor, por cuyo nombre fueron matados. En pro de esta fe pre cedió su admirable paciencia y siguió en estos milagros tan grande potencia. Porque, si no es verdad que la resurrección fue manifestada primeramente en Cristo y debe efectuarse en todos los hombres tal como lo ha anunciado Cristo y lo han predicho los profetas, por quienes fue anunciado Cristo, ¿por qué los muertos martirizados por la fe que predica la resurrección tienen tanto poder? En efecto, sea que Dios obre esos mi lagros según el modo maravilloso que tiene el eterno de obrar en los efectos temporales, sea que los obre por sus ministros; y, en este último caso, sea que emplee en unos como ministros a los espíritus de los mártires, como a hombres aún con cuerpos, o en todos a los ángeles, a quienes manda invisible, inmutable e incorporalmente, interponiendo los mártires solamente sus preces, no su operación; sea que los obre de cualquiera otra manera incomprensible para los  mortales, lo cierto es que siempre dan testimonio de la fe que predica la resurrección eterna de la carne.


Libro XXII, capítulo IX, La Ciudad de Dios, San Agustín.

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