miércoles, 2 de octubre de 2024

Saavedra y Moreno, la verdad de la historia

Cuando aparece Año X, de Hugo Wast, Combate lo anuncia de la siguiente manera:

Este libro que acaba de aparecer, se ha escrito para restablecer la verdad adulterada por la mayoría de los historiadores, que han maltratado a una de las más ilustres figuras de la Historia Argentina, la de Cornelio Saavedra, el jefe de la Revolución de Mayo y el primer gobernante de la República Argentina.―Vale más el escándalo que la mentira, ha dicho un gran Papa, San Gregorio Magno. Es hora de que en la historia argentina, que ya tiene 150 años, acaben las fábulas, aunque empiece el escándalo.

Saavedra ha sido calumniado y empequeñecido para engrandar por contraste la diminuta figura de Mariano Moreno, prócer sin hazañas, a quien sus panegiristas no mencionan nunca sin ahuecar la voz y repetir los cien lugares comunes cuya falsedad aquí se demuestra.

Moreno, que ingresó en las páginas de la Historia Patria, el 1 de enero de 1809 como enemigo de la emancipación de su tierra natal y murió en alta mar el 4 de marzo de 1811, yendo a Londres con la credencial de embajador argentino en nombre de Fernando VII (uno de los Reyes absolutos de más triste recuerdo en aquellos tristísimos tiempos) se ha quedado con la mayor parte de la gloria de aquel año sin igual.

Nos lo han presentado como el numen de la Revolución y ahora pretenden que sea el ―espíritu de Mayo Contra esa pretensión, nada inocente, se ha escrito este libro.

Cualquiera que sea la acogida que le dispensen los historiadores, lo lean o afecten ignorarlo, estamos ciertos de que establecerá algunas verdades importantes y con ella la fisonomía de la Patria; y de que en adelante la historia de Mayo no podrá escribirse con tanta impunidad como lo ha sido hasta ahora.

La verdad es el mejor homenaje a la Revolución de Mayo en su 150 aniversario.

El propio Profesor Genta le dedica varios artículos y actos a la presentación del libro. Veamos los principales. En La Patria es obra de la espada, dice: 

El Dr. Gustavo Martínez Zuviría inicia su trascendental obra ―Año X, con estas cinco verdades que iluminan los egregios orígenes de nuestra Patria y tienen el valor de una tajante definición:

1. La Revolución de Mayo fue exclusivamente militar y realizada por señores.

2. Nada tiene que ver con la Revolución Francesa.

3. El populacho no intervino en sus preparativos, ni comprendió que se trataba de la independencia.

4. Mariano Moreno tampoco intervino en ellos y después su actuación fue insignificante cuando no funesta.

5°. Su principal actor fue el jefe de los militares don Cornelio Saavedra a quien debemos honrar como el primer gobernante de la República Argentina. Es el soldado argentino quien ha trazado con su espada los límites del solar de la Patria; a él le debemos el espacio del deber y del honor argentinos, la identidad de un nombre y de un destino sólo nuestros, porque la soberanía delpueblo reside naturalmente en sus cuerpos militares y, ante todo, en su jerarquía más alta.

Es la espada de Saavedra, de Belgrano, de San Martín y de Rosas (la misma del Libertador por su expresa voluntad); es, en fin, la espada del soldado argentino que ―ha medido e incesantemente mide la tierra‘‘, como dice Péguy, en que vive y dura la Patria.

La Revolución de Mayo, la Guerra  de la Independencia, la unidad nacional, la defensa de la soberanía, la conquista del desierto y la defensa del orden hasta el día de hoy, es la obra del soldado argentino. No es el arado, ni la hoz ni el martillo; no es el ferrocarril ni la caldera, no es el mercader ni el industrial, no es el educador ni el magistrado, lo que está en el principio de la Patria y lo que ha hecho posible su existencia.

Primero está la Iglesia de Cristo a cuyo alrededor se levantó la ciudad con todo lo necesario para subsistir; y junto con la Iglesia, el Ejército que midió el espacio argentino y vela sobre las armas los trabajos y afanes de la paz, en la tierra, el mar y el aire.

Una Patria bien nacida, esta Argentina nuestra tan amada, no ha surgido de las urnas, sino de las armas. Pero de armas que guerreaban y no polemizaban con demagogos leguleyos como ocurre en nuestros tristísimos días; que custodiaban la soberanía política, la identidad espiritual y las riquezas de la tierra,  en lugar de custodiar la soberanía de papel que encierran las urnas y de velar por una legalidad que las está liquidando con la Patria misma. En Los Cuerpos Militares de Mayo no eran milicias populares, decía Combate en respuesta al artículo de Bernardo González Arrili, Contra Mayo y Moreno, publicado en La Prensa el 13 de junio de 1960 en el que se atacaba el libro Año X de Hugo Wast (según el articulista, los cuerpos militares de Buenos Aires eran milicias populares): 

Es un alegato declamatorio y sensiblero contra ―Año X de Hugo Wast. No sólo destina veneno contra el ilustre escritor que restablece la verdad sobre Mayo, sino contra la institución militar. En su afán demagógico de arrebatarle a la espada la gloria de la fundación de la Patria, presenta a los cuerpos militares de Buenos Aires como si hubiesen sido milicias populares del tipo de las de Castro en Cuba o del ―Campesino‖ en España republicana.

La Proclama del 29 de mayo de 1810 no agradece la constitución del gobierno patrio al pueblo en armas sino a los cuerpos militares. Claro está que eran parte del pueblo como todo verdadero ejército; pero también eran parte del pueblo abogados como Mariano Moreno que frente al invasor inglés no dejó un solo instante la toga para empuñar las armas, a pesar de sus 27 abriles en 1806 [...]

Si bien el Sr. González Arrili no refuta ninguna de las afirmaciones do Hugo Wast, ha sabido destacar su rica y precisa adjetivación que lo hace un maestro  del estilo.


EL JUSTO SERÁ PERSEGUIDO

Recuerda Juan Bautista Magaldi:

Una afectuosa amistad unía al Dr. Gustavo Martínez Zuviría con el profesor Jordán Bruno Genta, nacida de la comunidad de ideales: Cristo y la Patria.

Una vez que yo lo visité me dijo: ―¿Conoce al profesor Genta? personalmente,no ―, le respondí. Vaya a verlo -agregó -, es un hombre notable. De esta manera me vinculé con el filósofo y patriota, en cuya casa se respiraba un auténtico cristianismo. Una de las habitaciones había sido convertida en aula, donde acogía a los que, ansiosos de sabiduría, concurrían a sus clases.

Eran las vísperas de Año X, la obra de Hugo Wast en la que descubre el verdadero rostro de la Patria al nacer, se reivindica al jefe de la Revolución de Mayo, Cornelio Saavedra; se distribuye verdad y justicia: donde la Argentina balbuceante aparece libre de afeites conque algunos historiadores quisieron desfigurarla. Sobre todo, presenta en su real estatura a Mariano Moreno.

Cuando Año X vio a luz, se alzó un coro de liberales de diferente laya que pedían la cabeza de su autor, y aún esto les parecía poco.

El Manifiesto de los Iracundos

Un grupo de notorios liberales e izquierdistas acaba de publicar una declaración plebeya y rencorosa contra el Dr. Gustavo Martínez Zuviría, con motivo de la publicación de ―Año X, su última y trascendental obra al servicio de Dios y de la Patria. La primera edición de 5.000 ejemplares se ha agotado en menos de un mes, a pesar del silencio que rodeó su aparición providencial. Se espera una nueva edición más numerosa para satisfacer la ansiedad revisionista de las actuales generaciones argentinas, que ya no soportan la historia falsificada y oficializada por la Masonería.

―Año X es un libro inspirado por la pasión de justicia; por eso no teme al escándalo. Desinfla la personalidad histórica de Moreno para restablecer la real primacía del jefe militar de la Revolución de Mayo, don Cornelio Saavedra, sistemáticamente menoscabado por los historiadores oficiales. Sus páginas escritas en noble prosa castellana, no sólo hablan la verdad histórica sino que hacen historia.

Al Dr. Martínez Zuviría, que es un señor como fueron señores los patricios, no pueden sorprenderlo ni afectarlo ataques iracundos de los que, indigentes de razones concretas, abundan en incontrolados furores, impropios de la edad provecta en que revistan muchos de los firmantes del panfleto.

Desinflar no es denigrar, sino restablecer las justas proporciones. Los iracundos no vacilan en tergiversar el pensamiento de Martínez Zuviría para hacerlo aparecer en contradicción. En el único argumento esgrimido, pretenden que en ―Año X resulta ―totalmente desfigurada la actuación pública del secretario de la Junta de 1810, negada su influencia en las decisiones del gobierno y a pesar de esto, responsable de los hechos más tremendamente enérgicos de la misma.

Enceguecidos por la ira, no han leído íntegramente en la primera página, ni siquiera lo que afirma el autor acerca de Mariano Moreno: ―su actuación fue insignificante cuando no funesta.

Las 320 páginas de ―Año X demuestran exhaustivamente: lo) que ―los hechos más tremendamente enérgicos de la Junta, en los cuales intervino decisivamente Moreno, fueron funestos para la Patria  naciente: la política unitaria de terror jacobino, el fusilamiento de próceres y la brutal campaña antirreligiosa en el interior, que nos hicieron perder las provincias del Alto Perú y encendieron las guerras civiles que ensangrentaron al país durante más de medio siglo. 2o que en el orden constructivo —educación, periodismo, cultura, administración, milicias— su participación fue insignificante. Y es justamente en esta parte, donde los historiadores de oficio al servicio de la Masonería, se han empleado a fondo para adjudicarle iniciativas, empresas y trabajos agobiadores.

Martínez Zuviría en su historia verdadera realizada con materiales viejos, ha destruido para siempre la fabulosa personalidad del secretario de la Primera Junta, poniendo en evidencia que sus obras de bien público fueron tan mediocres y escasas como sus escritos. 

El ilustre escritor católico se ha hecho acreedor, una vez más, a la gratitud de los argentinos. No está lejano el día en que la estatua de Saavedra, en lugar de la feria de la calle Córdoba, presida la Plaza de Mayo como en el Año X. Será el día venturoso en que la espada prócer, fundadora y guardiana de la Soberanía, retome su lugar propio e intransferible en la Patria.

Gustavo Martínez Zuviría es, en cambio, un claro varón de la estirpe patricia; todo el honor de un nombre argentino.


6. Cortos de manos, largos de orejas, n. 31, 1957, p. 2-3.

Con datos extraídos de autores de la corriente historiográfica del liberalismo y  teniendo a la vista el Decreto de la Primera Junta de Gobierno del 2 de Junio de 1810 por el cual se funda el periódico La Gaceta de Buenos Aires, el autor concluye que no corresponde atribuir la fundación ni la inspiración de esa publicación a Mariano Moreno, cuya condición de periodista es negada.

11. El espíritu de los Mayo-Caseros, n 17 y 18, 1956, p.4 y 4.

El autor, con el humor que caracteriza a algunos de sus escritos, historia y satiriza la línea de pensamiento que, surgida en 1810, llega hasta la Revolución Libertadora, sobre todo, en su segundo tiempo: después del 13 de noviembre de 1955. Documenta la ausencia de Mariano Moreno en la preparación y realización de la Revolución de Mayo.


15. El gran papá de los Mayo-Caseros, n 19 y 20, 1956, p.4 y 1-2.

Continuación de El espíritu de los Mayo Caseros (n. 17 y 18, 1956). Análisis de contenido y precisiones históricas acerca de la Representación de los Hacendados, de Mariano Moreno. Sobre la base de documentos históricos provenientes de fuentes liberales (Mitre, Levene, el propio hermano de Mariano Moreno), el autor rebate la idea de un protagonismo decisivo del secretario de la Primera Junta en el proceso de la Revolución de Mayo. Pone en discusión, también, el carácter liberal y democrático de su pensamiento.

35. Un retrato que falta en el círculo de La Prensa, no 34, 1957, p. 4.

En tono irónico, el autor insinúa a quienes sostienen que Mariano Moreno fundó La Gaceta de Buenos Aires, que coloquen en el Círculo del diario La Prensa, junto al retrato del presunto fundador, el de quien la clausurara: Bernardino Rivadavia.

En ocasión de un nuevo aniversario de su muerte, la misma autora decía:

El aniversario de su muerte nos encuentra releyendo Año X. Año X es un libro clásico. No es solamente la obra maestra del revisionismo histórico sino el mejor tratado de política que se ha escrito en el país. Los argentinos somos deudores a su ilustre autor del mayor reconocimiento.

COMBATE lo proclama un verdadero prócer de la Patria.

Martínez Zuviría nos ayudó a redescubrirla, que es un modo de volver a sostenerla sobre el sable de su fundador. Sean nuestras palabras de homenaje, testimonio de gratitud por su magisterio. Nos enseñó, a mayor honra de Dios y de la Patria, que el coronel Saavedra no custodió urnas con sable envainado sino que lo desenvainó al frente de su regimiento y así nacimos y así renaceremos.

Del libro El filósofo y la ciudad. Apuntes para una biografía de Jordán B. Genta(mártir), Mario Caponnetto y María Lilia Genta. 

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