sábado, 17 de septiembre de 2022

Júpiter y Marte (Voltaire)

 

Apenas hubieron andado ciento cincuenta millones de leguas, se toparon con los satélites de Júpiter. Apeáronse en este planeta, donde se detuvieron un año, y aprendieron secretos muy curiosos, que se habrían dado a la imprenta si no hubiese sido por los señores inquisidores que han encontrado proposiciones algo duras de tragar; pero yo logré leer el manuscrito en la biblioteca del ilustrísimo señor arzobispo de... que me permitió registrar sus libros, con toda la generosidad y bondad que a tan ilustre prelado caracterizan.

Volvamos, empero, a nuestros caminantes. Al salir de Júpiter, atravesaron un espacio cerca de cien millones de leguas, y costearon el planeta Marte, el cual, como todos saben, es cinco veces más pequeño que nuestro glóbulo, y vieron dos lunas que sirven a este planeta y no han podido descubrir nuestros astrónomos. Bien sé que el abate Jiménez escribirá con mucho donaire contra la existencia de dichas lunas, mas yo apelo a los que discurren por analogía: todos los excelentes filósofos que saben muy bien que no le sería posible a Marte vivir sin dos lunas a lo menos, estando tan distante del Sol. 


Fragmento de la novela Micromegas de Francisco María Arouet (Voltaire)


viernes, 16 de septiembre de 2022

Orden y millones de mundos (Voltaire)

 


- La tierra entonces -replicó Jesrad- fuera otra tierra; la cadena de los sucesos otro orden de sabiduría; y este orden - que sería perfecto, sólo en la mansión del Ser Supremo, donde no puede caber mal ninguno, puede existir. 

Millones de mundos ha creado, y no hay dos que puedan parecerse uno a otro; que esta variedad inmensa es un atributo de su inmenso poder. No hay en la tierra dos hojas de árbol, ni en los infinitos campos del cielo dos globos enteramente parecidos; y cuanto ves en el pequeñísimo átomo donde has nacido,  forzozamente  había de existir en su tiempo y lugar determinado, conforme a las inmutables órdenes de aquél que todo lo abraza.


Fragmento de la novela Zadig o El destino de Francisco María Arouet (Voltaire)


jueves, 8 de septiembre de 2022

Cien millones de mundos (Voltaire)

- ¿Quién eres? - le dijo Memnón.

- Tu genio bueno - le respondió.

- Pues vuélveme -repuso Memnón-, mi ojo, mi salud, mi caudal, mi cordura; - y de seguida le contó de qué modo todo lo había perdido aquel día.

- Aventuras son esas -replicó el espíritu- que nunca suceden en el mundo donde nosotros vivimos.

- ¿En qué mundo vivís?- le dijo el hombre afligido.

- Mi patria -respondió el genio- dista quinientos millones de leguas del sol, y es aquella estrellita junto a Sirio que estás viendo desde aquí.

-¿ Conque eso es cosa que no es posible conseguir?- replicó Memnón arrancando un sollozo.

- Como no es posible - respondió el otro- ser completamente inteligente, completamente fuerte, completamente poderoso o completamente feliz. Nosotros mismos estamos muy distantes de serlo; pero todo va por grados en los cien millones de mundos sembrados en el espacio. En el segundo hay menos placer y menos sabiduría que en el primero, en el tercero, menos que en el segundo, y así se sigue hasta el postrero, donde todo el mundo es enteramente loco. 

-Mucho me temo- dijo Memnón- que nuestro globo sea justamente esa casa de orates del universo que vos decís.

- No tanto como eso -dijo el espíritu- pero le anda cerca, y es preciso que cada cosa ocupe su sitio señalado.

- En tal caso - dijo Memnón-, muy descaminados van ciertos poetas y ciertos filósofos que dicen que toda está bien.

-Razón llevan - dijo el filósofo del otro mundo-, si contemplan la colocación del universo entero.

-¡Ah!- replicó el pobre Memnón-, eso no lo creeré mientras fuere tuerto.


Fragmento de la novela Memnón o La cordura humana de Francisco María Arouet (Voltaire).

¡Sepamos quién fue Perón!

Pero resulta innegable que la figura de Perón fue cobrando, con posterioridad a los momentos fundacionales e insurreccionales, un protagonis...