Segunda parte
La enseñanza de las tentaciones de Cristo
Segunda parte
La enseñanza de las tentaciones de Cristo
(Recopilación de clases dictadas en los años 1973)
Iré transcribiendo fragmentos de a poco, separados por capítulos, a fin de que la lectura no resulte extensa. Le agradezco muchísimo al doctor (médico) Mario Caponneto por compartir esta joya conmigo.
1
La democracia conduce al comunismo
"Vivimos horas en las que nuestra patria juega realmente su destino"
"El país se va precipitando vertiginosamente por una pendiente que
lo lleva al socialismo".
"Se considera al socialismo y al comunismo como si fueran algo
antagónico al capitalismo liberal y a la plutocracia, pero el comunismo
no es sino un instrumento ideológico del poder del dinero, que es el
verdadero señor del mundo. Cristo lo dice en el Sermón de la
montaña: “no podéis servir a dos señores, o servís al verdadero
Dios, o servís a la riqueza”.
"Porque la riqueza es el ídolo por excelencia, la riqueza material,
el dinero, el oro. ¿por qué?, porque es aquel valor de cambio que
permite adquirir todas las cosas, todos los bienes. Todos los bienes
vienen en dinero, se convierten en precio. Por eso la idolatría
fundamental es la idolatría de la riqueza".
"...y un soldado que no esta dispuesto a morir, que cambie de oficio,
porque lo primero que tiene que saber es morir: para eso es
soldado".
2
La culpabilidad de la ignorancia
"Claro está, gran parte de lo que pasa —casi diría la mayor parte—es obra de
ignorancia culpable. El hombre es un ser que está hecho para la
verdad, por eso es una criatura racional, y es libre y es libre el
hombre porque es capaz de la verdad. La verdad nos hace libres,
fuera de la verdad no hay libertad. Siempre que se oye a alguien,
así sea un sacerdote o un obispo, decir que el hombre existe
para la libertad, ese no habla según Cristo, sino según satanás.
Porque el hombre existe para la verdad. Y la verdad es ese mismo
Dios que se hizo hombre. Se comprende que Pilatos le preguntara
a Cristo “¿qué es la verdad?”, que se lo preguntara a la verdad
misma, porque Pilatos era pagano y no podía ver la verdad delante
de sus ojos. Pero lo grave es cuando los cristianos dejan de ver la
verdad y de vivir libremente según la verdad.
Por eso todo en la vida del hombre tiene que girar en torno a la
verdad, a la verdad y al error. Si analizamos las virtudes, tanto las
sobrenaturales como las naturales, todas tienen que ver con la
verdad, porque el hombre existe para la verdad, dado que el fin
último del hombre es la contemplación de la verdad de Dios en su
misma luz".
"¿Qué es la caridad? La caridad es el amor mismo de Dios,
el amor mismo de la verdad. Y cuando esa verdad se hizo hombre
para nuestra salvación, esa verdad se crucificó por amor.
De manera que la caridad es ese amor que procede de la verdad".
"...¿Qué sentido tiene el amor sin el conocimiento de la verdad?,
¿cómo puede ser ciego el amor? el amor significa conocimiento de
la verdad".
"¿Qué es la esperanza? La esperanza es justamente la expectación
del hombre, el movimiento todo de la creatura hacia esa meta que es
la contemplación de la verdad, la contemplación de Dios. Porque
ahí está el retozo y la plenitud del Ser".
"¿Qué es la Fe? Es el conocimiento de las verdades de Dios, que no
podríamos alcanzar por nuestra razón natural, y que Él mismo nos ha
revelado. Conocimiento oscuro el de esos misterios, pero
infinitamente superior a cualesquiera verdades que podamos lograr
por el razonamiento, la demostración, la prueba, el experimento,
el cálculo".
"¿Qué es la prudencia? pasamos ahora a las virtudes naturales.
La prudencia es obrar en la verdad. prudente es aquel que obra en la
verdad, lo mismo en la vida de la familia, en la vida privada,
profesional, que en la vida política. por eso no hay otra política que
no sea política de la verdad. Lo demás es demagogia o adulación o
cualquier cosa".
"¿Qué es la justicia? La justicia es convivir en la verdad con el otro,
vivir en la verdad con el otro. Eso es la justicia".
"¿Y qué es la fortaleza? La disposición interior para defender la
verdad aún a costa de la propia vida".
"¿Y qué es la sobriedad, la templanza? La sobriedad, la templanza
es aquella disposición capaz de ordenar la vida interior, de ordenar
los apetitos, las pasiones, según la razón, a fin de que el hombre
pueda elevarse a la contemplación de la verdad".
"Como ustedes ven, toda la escala de las virtudes, las tres
sobrenaturales y las cuatro naturales o cardinales, giran en torno
a la verdad. Se comprende entonces, que el mal del pecado, que
todos los males de todo tipo, los sociales y políticos, procedan del
error, procedan de la ignorancia".
"La ignorancia es siempre, de algún modo, culpable, aún del que
yerra involuntariamente, porque el hombre está hecho para la
verdad e, incluso cuando se equivoca, inocentemente vamos a decir
así, se siente culpable y se siente movido, obligado a reparar el daño
que él, por ese error involuntario, pueda haber producido en
otra persona. Pero esta es la ignorancia menor de todas, la menos
culpable".
"Hay grados en la ignorancia, grados de culpabilidad, que implican
proyecciones cada vez más arduas y tremendas en el orden de la
convivencia. después de esta ignorancia del que yerra, del que se
equivoca —se dice que es humano errar y nos estamos equivocando
a cada rato, sin voluntad de hacerlo— está la supina ignorancia, la
ignorancia del necio, de aquél que no sabe pero cree que sabe. Esta
es ya una ignorancia con una tremenda culpa, tremendamente grave
en sus consecuencias y difícil de superar. Es la ignorancia del necio,
de aquel que no sabe una cosa y cree que la sabe, y entonces tiene
la desenvoltura, el empaque y la resolución de aquel que estuviese
realmente en la verdad.
Pero hay una ignorancia más culpable todavía que la del necio,
que es la del falso, la del que miente, la de aquél que conoce la
verdad y la oculta, y por interés, por placer, por temor, dice el error
conociendo la verdad. Esto es todavía más grave, y de mayores
consecuencias negativas.
"Hay una ignorancia peor todavía que ésta, que es una de las más
difundidas en los días que corren, que es el espíritu dialéctico, la
mentalidad dialéctica. ¿Qué es la dialéctica? Dialéctica en su
sentido propio es la lógica de la apariencia sin ser, es discurrir con
la negación, con la contradicción, y pretender que la verdadera
síntesis y resolución final afirmativa es la que resulta de la
negación de la negación. Según la dialéctica, la inteligencia
humana elabora conceptos negativos, privativos, como por ejemplo
el concepto de ceguera, pongamos por caso el concepto de la nada,
el concepto del mal. La nada, el mal, la ceguera, no son cosas
reales, son pensamientos relativos a lo que falta, a lo que está
ausente.
La ceguera no es una cualidad que uno tiene, es una cualidad
que a uno le falta, la ceguera es una ausencia de algo que
debiéramos tener, que es la vista. Eso es la ceguera física.
¿Qué es ser manco? No es tener; es no tener la mano que uno
debiera tener, uno está privado de lo que debiera tener. Entonces
en la realidad, no es algo sino algo que falta; y el ser malo, o el
mal, es ausencia del bien, privación del bien".
"...el mal no es algo que es, algo consistente, sino una privación
del bien. Como la corrupción que es perfección que falta, es
deficiencia, es algo que debiera tener el sujeto y que ha perdido
o que no tiene".
"Ahora bien, estos conceptos negativos, privativos, a los cuales no les
corresponde en la realidad algo que es sino algo que está ausente, si
nosotros los manipulamos o discurrimos con ellos como si
correspondieran a cosas que existen, caemos en ese espíritu
dialéctico, según el cual a aquello que en la realidad no es, se lo
toma como si fuese algo real y se discurre como si fuera una realidad.
Como pasa inclusive con los conceptos genéricos, por ejemplo el concepto
“humanidad”. La humanidad en realidad no existe como tal, existen los
los sujetos, los individuos, que tienen humanidad. Pero la humanidad
es una abstracción. Por ello está el mundo lleno de filántropos, que
proclaman su amor a la humanidad y no aguantan el dolor del
prójimo cinco minutos, se desvelan de amor a la humanidad y
no soportan el sufrimiento de nadie a su alrededor. Esto, lo que estoy
diciendo, es real.
"El espíritu dialéctico razona por ejemplo así: la propiedad privada es
la raíz de todos los males. como dice Rousseau, cuando un hombre
puso un cerco a un campo y dijo, “esto es mío”, ahí comenzó la
desigualdad, comenzó la explotación del hombre por el hombre.
Entonces la propiedad privada es una negación. ¿cómo se
supera esa negación? Por la negación de esa negación que es la
abolición de la propiedad privada; eso es lo que se llama el
socialismo. Es decir, si yo quito la propiedad privada - el derecho
radical e irrevocable de la persona humana a tener
bienes para poder disponer de ellos y disponer bien de ellos, en el
sentido del amor a dios y al prójimo—, si yo privo al hombre de
ese derecho, lo destruyo como persona. el socialismo, pues,
aboga por la negación de esa negación: la abolición de la propiedad
privada o la colectivización de los bienes o la estatización de los
bienes, etc, proponiendo que no haya ningún propietario, sino
solamente el estado, con algunos administradores. Es una manera
de destruir, de abolir al hombre, de vaciar al hombre. Por eso es que
el comunismo es la más perfecta organización del vacío interior de
los hombres. Porque no sólo les quita el derecho a poseer
bienes propios y disponer como dios manda de ellos, sino que les
quita la libre iniciativa, les quita la posibilidad de un pensamiento
libre, de una preferencia reflexiva de ser mejor, les quita todo
aquello que es de la esencia de la persona.
En consecuencia, esta ignorancia que significa el espíritu dialéctico,
en lugar de considerar que lo que se contradice se excluye, pretende
integrar lo contradictorio e incurre en aquello que anatematizaba
isaías:
“¡ay de aquellos que a la luz llaman tinieblas y a las tinieblas llaman
luz, que a lo blanco le dicen negro y a lo negro le dicen blanco!”
(isaías, 5, 20).
Y hay afirmación que se presenta como negación. Y la gente vive en
la confusión; basta abrir cualquier diario de estos políticos del día
de hoy, para darse cuenta de hasta qué punto juega esta ignorancia
culpabilísima que es el espíritu dialéctico.
Pero esta todavía no es la peor ignorancia. Hay una mucho más
radical y tremenda, que ya no es humana en su raíz, sino
diabólica. Hay una ignorancia diabólica, que es la ignorancia del
ángel rebelde frente a Dios, el ángel rebelde, una inteligencia
separada y la más encumbrada de todas, no podía dejar de ver a
Dios, de conocer a Dios, aunque no lo viera en su misma luz.
¿Cuál era el único modo de negar a dios, y no servirlo? Apartar
de Él la mirada, apartarla, no querer verlo, porque si ponía los ojos
en Él, tenía que adorarlo. Entonces el único modo de apartarse
de Dios y no servirlo, era apartar la mirada".
"Se dice también entre los hombres, “no hay peor ciego que el que
no quiere ver”, “no hay peor sordo que el que no quiere oír”. Esa
es la ignorancia más culpable de todas, la verdaderamente diabólica.
Esa es la ignorancia en la que están incurriendo los responsables
de la conducción política y militar de nuestra Patria. Cierran los ojos
ante la evidencia, e insisten en el absurdo. Apartan la mirada para no
ver.
"La verdad hay que decirla, ellos saben que van a dar un salto en el
vacío; ellos mismos han usado esta expresión, y repiten a cada rato,
“no vamos a dar un salto en el vacío”, porque la conciencia los
aprieta con la idea de que se está cumpliendo en ellos, y están
siendo arrastrados por ella, la segunda tentación de satanás que
Cristo soportó en el desierto, que es la del poder".
Pero resulta innegable que la figura de Perón fue cobrando, con posterioridad a los momentos fundacionales e insurreccionales, un protagonis...